jueves, 19 de noviembre de 2015

DOS CAMINOS MUY DIFERENTES

Pasó el tiempo y pasó de todo. Cantidades de análisis sobre lo que hubiera pasado si algunas delas decisiones hubieran sido otras. La coyuntura, el contexto, la suerte, los pactos, los quiebres y montones de aristas que llevan a infinitas explicaciones y desenlaces, tan posibles como incomprobables.
¿Confianza excesiva? Quizás. ¿Estancamiento? Puede ser. ¿Un dormir profundo en los laureles de Néstor y Cristina? Muy probable. Estos días, horas minutos, trascienden de todo eso. Puede que sea momento de guardar el peronómetro. De salirse de una idea de izquierda inmaculada e intransigente. De caerse del catre de una clase media que borró de su memoria el espanto de los noventa y los primeros dos mil. Esta situación trasciende todo eso.

Ya está clarísimo como el agua todo lo que se explicó acerca del rol del estado. De los peligros del libre mercado (se te extraña fuerte Eduardo Galeano). De la importancia de la ampliación de derechos (con todo lo que falta). De las conquistas populares de todos estos años (con todas las que faltan). Lo bueno y lo malo, lo distinto, lo igual y lo parecido. Lo dicho y lo oculto. Esto trasciende de todo eso porque las diferencias esenciales están más a la vista que nunca. Entonces, más allá de las figuritas de turno, está bastante fácil para decidirse, elegir, optar, pronunciarse, o lo que sea. Como dijo Alejandro Dolina hace poco, hablando de estas notorias diferencias: “No le podés pifiar”.

Esto trasciende de lo partidario, de los idealismos personales, de las banderas políticas, en arenas donde todo se mezcla. Lo resumo así, en lo que intento plantear como antítesis del voto en blanco esta vez. Lo resumo así esta vez, que es tan importante y tan visible que “no le podés pifiar”. Lo resumo así, confiando en la mayoría de un pueblo que puede distinguir. Lo resumo reconociendo que si el contexto hubiera resultado todavía más adverso a mis ideas, aun así me volcaría a cualquiera de las otras cuatro opciones, frente a la derecha privatista neoliberal. Hubiera votado a del Caño. Hubiera votado a Stolbizer. Hubiera votado a Rodríguez Saá. Hubiera votado a Massa. El hilo fino lo dejamos para el 11 de diciembre en adelante. Hoy es Scioli.