miércoles, 5 de enero de 2011

SIEMPRE SE PUEDE DECIR "PASO"


Lo hace (con voz de águila y cara de asco) la señorona que frena en un semáforo con su coche, y a la cual se le ofrece limpiarle el parabrisas a cambio de una moneda. El futbolista profesional (con seca voz, celular mediante) lo hace para comunicarle a su representante que no se mudará de club ni de país, a pesar de la pila de guita que lo convoca. Puede hacerlo el actor cómico, que ha sido tentado a candidatearse para gobernador (luego de pensar en pensarlo y pensarlo sin pensar). En una ronda de pipa, cuando uno de los quías la ve venir otra vez más hacia sí, este lo hace (entre la risa y la tos ardiente que carraspea en su garganta).

En algunas oportunidades, las personas pueden encontrarse ante una situación que deben resolver indefectiblemente. La misma puede ser incómoda, absurda, adversa, o medianamente favorable. No importa. La coyuntura suele ser difícil de dimensionar. Así y todo, el sujeto en cuestión tiene que tomar una decisión y expresarla. Por obligación, por convicción, por desconocimiento, por miedo, por elegancia, por experiencia, por apuro, por compromiso, o por miles de otros motivos posibles, la persona respira hondo, lo piensa un segundo y, acto seguido, lanza la sentencia en cuatro letras fulminantes. Es entonces cuando finalmente dice: "paso".

Lo hace la hermosa dama, que ha sido convidada a salir a tomar unos tragos o a bailar un lento (y lo hace con toda la ternura, la frescura y la sencillez en su sonrisa). Debatiéndose en una intensa y destructora duda interna, lo hace el apostador de caballos (que esta vez ha sido invitado por sus colegas a poner unos morlacos para intentar colectivamente una hazaña imposible). Un pobre mocosito que va a la escuela (más que nada para intentar llenar con algo su pancita flaca) lo hace ante una pregunta de ciencias naturales que le acaba de formular su maestra. El marido esposado, que ya no es dueño ni de ir a saludar a sus viejos amigos por los cumpleaños, lo hace (inventando una nueva excusa que resultará nada creíble). También tiene que hacerlo el jugador de dominó cuando, en una mano calamitosa, no encuentra juego (y ya no quedan fichas sobre la mesa).

Siempre se puede decir "paso". Y sucede que el tipo (o la tipa) que "pasa" ejecuta, en un mismo acto, una doble proyección de su decisión. Por un lado, el "pasante" o "pasador", tiene la gentileza de no elegir una respuesta más agresiva, del tipo del "ni en pedo" o el viejo y terminante "rajá turrito, rajá". Por otro lado, desliza la sensación de que pudo haber alguna mínima posibilidad de tomar la otra alternativa. Algo como un "hubiera podido, pero no". Por lo que el "paso" es siempre un "no". A lo sumo, un "ahora no", un "por ahora no", un "no incistas" camuflado, pero un "no" al fin. Y plantadito de firme.

Y es que está bien "pasar" de vez en cuando. Tal como dice un antiguo axioma truquero: "quiero quiero, nunca gana". A veces es saludable pasar, a veces necesario. A veces es la mejor opción. También hay veces en que la gente "pasa" directamente con la mirada, para no chocarse ni encontrarse con la realidad ( las otras realidades). Y hay veces en las que todas las preguntas parecen tener la misma respuesta. No obstante, siempre se puede decir "paso". Lo mejor puede que sea elegir cuándo. Y ante qué. Y ante quién.

5 comentarios:

  1. Muchos deberian decir "paso", sin embargo siguen
    jodiendo a la mayoría, distinto cuando jugas al
    truco y el "paso", puede ser estrategia.
    Muy buen tema para ser tratado, implica muchas
    cosas el "paso".

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Hubo uno que hubiera preferido pasar, bah, no se, pero dio un "no positivo", que manera rebuscada, de cagado en las patas nomás.
    Y están los que no dicen "paso" y se la bancan. "poner el cuerpo" le dicen...

    ResponderEliminar
  3. Estoy en tu blog, en principio para agradecer tu lectura y tus conceptos, y luego de curiosa no más.
    En esta etapa de mi vida el “paso” lo interpreté como “¿Por qué no voy a pasar?”...
    Sí, da para varias interpretaciones… y me alejo del juego…
    Una persona a quien le tengo profundo respeto intelectual, me dijo:
    “El tren pasa, si no te subís te quedás”, me hice “bloggera”, me introduje en la “comunicación horizontal” y comencé a colocar mis “garabatos”.
    Estoy metida “en terreno ajeno”, el blog me da esa libertad. Soy formada en exactas (Matemáticas).
    Leyendo tu artículo, opinando libremente y comentándolo, me doy cuenta del por qué de mi interpretación.
    Puedo opinar que, si ese mal nacido mendocino hubiese dicho “paso”, tal vez no hubiésemos tenido un octubre negro.
    Puedo imaginar que si nuestra presidenta dice “paso” (a mi manera) y continúa profundizando el modelo el pueblo de mi país será el más glorioso de América Latina.
    ¿Hay una manera masculina y una femenina de decir “paso”?
    Gracias y nos seguimos leyendo

    ResponderEliminar
  4. Indudablemente, no siempre "pasa" quien uno quisiera ante determinada circunstancia y viceversa. Calculo que tiene que ver con interpretaciones muy subjetivas. Estrategias, rebusques y maneras de "pasar" y decir "paso", pueden provocar efectos infinitamente opuestos o dispares.

    ResponderEliminar
  5. Entre que me reí y me dieron ganitas de llorar (sobre todo al final, por eso de la gente que pasa por alto, directamente, lo que le incomoda ver). Pobre Juan José cuando lo llamaban por su apellido, ja.
    Cariños!

    ResponderEliminar

Hicieron camino al andar