martes, 4 de octubre de 2011

REALIDADES SIMBOLICAS



Hay cosas que te rompen la cabeza. Te sacan del eje. Un ida y vuelta entre el terreno de lo “verdadero” y la construcción de lo “simbólico”. Para algunos, el campo simbólico no es más que un costado blando de la “realidad”, una superestructura discursiva. Para otros, los vaivenes de la vida física y material sólo son aprehendidos cuando se cristalizan en un símbolo, una metáfora, una imagen. En cualquier caso, quizás se trate de un proceso circular que deja marcas (algunas de las cuales, devienen huellas). En la relación entre una y otra cosa, puede que se encuentre alguna explicación.

No es la intención de estas líneas analizar la epistemología del símbolo ni de lo simbólico. Muchas veces, un “algo” simboliza un universo mucho mayor. Imagino a Darwin haciéndole el juego a los ateos. A Copérnico, confesando su borrachera mundana, y más de una vieja parando la oreja para chusmear después. Freud, afiebrado, pinchándole el globo a los que creían que la razón lo podía todo. Muy simbólico todo, verán, muy inconsciente.

La teoría de la relatividad sintetizada a que una cosa lleva a la otra, y así por el estilo. La plusvalía como un vuelto encanutado en algún suculento bolsillo. Un flaco que baja unos cuadros. El martillo, la hoz, un bombo en negra y la banderita de las estrellas en todas las casitas del mundo. Y en la luna. Todo sonando en cinco punto uno. Palabras. Consignas de igualdad e inclusión en algunos rincones. Palabras-hechos-palabras. Metáforas de la vida, real y simbólica. Educación sexual para decidir. Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para no morir. Consignas reales. Simbólicas. Vida y muerte.

Ponerse la camiseta. Agitar. Releer una zoncera, un aguafuerte. Defender el modelo. O profundizarlo. O corromperlo y bastardearlo. O conspirar en su contra. Hacer una fiesta. Convertirse en un Gregorio Samsa cualquiera, olvidado por ahí, como tantos, pero sin perder la ternura jamás. Diversidad cultural. Soberanía. Monopolios, totalitarismo. Tirar la perinola y ofrecer millones en premios. Puros símbolos.

Un pañuelo blanco. El cuervo Moisés, de rebelión en la granja. Los indios kilmes obligados a exiliarse por la colonia. Una película sobre Papel Prensa. Una canción para la Magdalena. Un ultramachista relatando el partido para todos. Y para todas. Los Lápices que siguen escribiendo. La ambulancia que se niega a entrar a la villa. Rocky Balboa en Rusia. Palermo en Japón. La estampita de Pugliese. La vinchita que tenías ese día. Algunas cosas.

Maradona. El botón con la PB del ascensor. El ALCA y la ONU. Las siglas. Las escaleras de bajar. El mate amargo. La tecnología. Gatica pidiendo respeto entre los oligarcones. El juez de línea levantando el banderín. Alí dando clase, batallando por África. Muy negro, muy malo. Peleando con un cocodrilo, con una ballena. Negándose a Vietnam. Los chicos jugando en el barrio y en el barro. Los caretas, la traición. El bondi que se puso hasta las manos. Las caras. Las miradas.

Las oportunidades. Los temas tabú. Los sueños y las instituciones. Los miedos, los paréntesis, los silencios. Los nadies. Las risas, los llantos, los brindis, los anchos falsos. Los caminos. La suerte que es grela (yira). Las caricias a los autos. Los dinosaurios, las hormigas, los sapos. Los negocios y el lenguaje. Dios y el diablo en el taller. Los tiempos que corren. Lo que vendrá. El instante que ya pasó. La gente que extrañamos. Las decisiones que tomamos. Los símbolos reales confundidos entre el cuerpo, el alma y la cabeza.

12 comentarios:

  1. Me encolumno entre los segundos que describís en el primer párrafo. Pero lo cerrás muy bien con lo del proceso circular.

    Un abrazo.

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Excelente... Cuando hechos concretos se cristalizan en un símbolo es que al fin pasó algo en nuestras vidas... Cuando compartimos símbolos podemos identificar con claridad quienes son “los nuestros” y eso debe servirnos para no cometer errores de otrora… Debemos identificar con quienes tenemos diferencias de matices y quienes son nuestros enemigos… De ahí la imperiosa necesidad de apropiarse de símbolos… Los pañuelos blancos… El descolgar un cuadro… NOS UNE… Cuando decimos “con eso no se jode” y lo defendemos, hemos crecido como pueblo…
    Un abrazo

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  5. la doble cara que a veces, yo diria casi siempre, presentan los sìmbolos o quizàs ese doblèz se lo demos nosotros cuando nececitamos que los sìmbolos nos queden a medida, vaya uno a saber.
    Cumplo con la visista, ahora que ya se donde queda voy a pasar seguido, muy bueno el blog, un abrazo
    edgardo de PORUNKOSAS (no me sale el perfil)

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  6. Yo tb tuve problemas y al volver vi mi comentario (con ligeras variantes porque no lo tenía copiado) tres veces, por eso lo suprimí...

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  7. Ey, el comentario de Hilda traduce clarita la cosa. Y allá vamos.
    A mi me gusta el juego de Dios y Diablo en el taller. Tiene que ver con el pan nuestro, con el pan nuestro que tiene el otro y no es poca cosa.

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  8. Muy, pero muy bueno, Tango. El último párrafo, para el aplauso.

    Abrazo

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  9. Muchas gracias a todos. Excelentes aportes.

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  10. ...lo que se tiene, lo que no. Se es lo que se es, o lo que se quiere proyectar. El todo como algo más (a veces mejor, otras peor) que la suma de las partes. El Hombre es inteligente, pero la masa es estúpida, y la convicción de que eso no es necesariamente así, y el afán de desvivirse por despertar cabezas. Las escaleras que bajan, las que suben, y las que no existen. El botón de Pb, y los caminos que tienen corazón. Nos atamos los cordones, ajustamos las coordenadas. Se pone en marcha la máquina, nos lanzamos hacia adelante.
    Demoledor. Abrazo grande.

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  11. Lejos uno de tus mejores post, lo leí varias veces.

    Un abrazo Tango.

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Hicieron camino al andar