miércoles, 11 de enero de 2012

ALGUNAS PARTES



Partes, partes, sólo partes. Partes de una historia contada en partes. En partes cortadas, recortadas. La película de la guerra de las verdades, en 24 cuadros por segundo, y un cartel que indica: hombres trabajando.

Hombres ajustando la corbata con el servilismo del que sabe que lo suyo es seguir machacando. Intereses patronales ejecutados por súbditos sin sutileza. Algún contragolpe poderoso desde el barro, una señal. La dialéctica de las hormigas y el elefante. Un resultado que también es solamente una parte. Un pero. Un grito. Un chutazo de gol. 

Hombres y mujeres trabajando por la igualdad. Otros y otras hablando del poder, desde el poder. Deseando en lo más profundo que la utópica igualdad definitiva nunca se produzca. Abogando por conservar su parte suya. La superioridad en todas sus formas. Negros con plasma, asados de parqué, canaletas del juego y de la droga. Gente bien, boqueando, levantando el levantavidrios, separando. 

La síntesis, la antítesis, y el dinamismo de la pantalla que, de una u otra manera, termina por colocar a su estribor aquello que alguna vez pareció latir a babor. Sensibilidades complicadas. Paliativos, transformaciones profundas, millones de votos, armas para el pueblo. Dogmas. Biblias de la vida. Teoría en partes. 

Un chico sale de la escuela técnica y toma el bondi de regreso a casa, boleto secundario mediante. Algunos pasajeros lo miran con desprecio. Sus rasgos físicos se encuadran perfectamente en el estereotipo de delincuente que algunos medios supieron conseguir. Pero el joven tuvo un buen día: está cada vez más convencido de que la mecánica es lo suyo, lo que le gusta. A lo lejos, frente a la parada del micro, el kiosquito de diarios y revistas soporta un grafiti que reza: Fuerza Clarín. 

Lo que hay que hacer cuando el que hace es el señor o la señora de ahí enfrente o de ahí al lado. Lo ordinario, lo escandaloso, lo oficial, lo artificial. Los antitodo que tontean rumeando un odio forjado por los siglos de los siglos. La vida cuesta arriba cuando la nacionalidad o el color de piel termina por jugar una mala pasada histórica. Los próceres genocidas con estatua y billete a su salud. Los héroes de barrio cocinando puchero para los pibes. 

Las partes que no alcanzan para la construcción total-ideal. Los manuales para romper todo lo que no alcanza, multiplicando las partes separadas, pequeñas, parceladas por doquier. La nebulosa del bien y el mal y el complejo encastre de sus partes. El invisible dueño de la cadena de hipermercados y el cliente de gran pasar que se regocija basureando a una cajera y, por supuesto, a un país que irremediablemente comparte con los demás. 

Las flechas en el bosque de Sherwwod. La policía del pensamiento. Los 400 metros para el disco. Los canales de TV que faltan y los que se repiten. La fuerza de las radios para pocos. La vergüenza de la soberbia ajena. Los errores propios y los propios defectos. Cada uno de los colores en la bandera de los Pueblos Originarios. Cada máquina en las fábricas recuperadas. Las bases que siguen firmes tras la caída de un edificio simbólico. El aire acondicionado y los que duermen en el hotel sin techo de las mil estrellas. La sequía y las inundaciones. El libro diario, el debe y el haber. Hace frío, hace calor.

5 comentarios:

  1. Finalmente, nada mejor que valorar el haber colectivo. La columna del "debe" nos la llenaron con creces.
    Pero cuando ellos se juntan, son varios unos. Nunca serán un todo como nosotros. Y eso no tiene precio.

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  2. Excelente, Tango. El debe, el haber, las diversas veredas y todo lo que falta, que es casi todo y sin menospreciar lo hecho, apuntando a las grandes transformaciones que todavía nos debemos. Sin tragar sapos (pienso en la ley antiterrorista, por ejemplo) Para que esa patria justa, libre y soberana para todos y todas pueda prefigurarse de verdad.

    Abrazo grande

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  3. Muy bueno Tango como siempre, los pocos quejosos solo hacen ruido, bien que les gusta disfrutar del dinero y el trabajo de los morochos, en la vereda de enfrente están los "planeros", el subsidio a la mesa de enlace como la llamaran "compartamos".

    Un gran abrazo

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  4. Altisima prosa amigo. De esa miel no comen las hormigas, supo decir el filosofo Carlos. Estan pasando cosas, y creo qe la concientizacion es buena (famatima), al margen de las mediaciones interesadas.

    Abrazo.

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  5. Daniel, Velcha, Roberto, Residente: Muchas gracias. Abrazo grande.

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Hicieron camino al andar