jueves, 25 de noviembre de 2010

INTENTANDO


Intenté, con la ignorancia que me caracteriza, repartirte algunos naipes alentadores. Creí avistar que, cada vez que la propaganda manda cruel en el cartel, se enciende el planeta naranja. Secuencia repetida y macabra, pero descostillante.

En ocasiones, te llamé a gritos, apilando uno a uno los ladrillos que aquí juntábamos transpirando, agitando la escalera de subir, con alegría. Otras veces, había que esperar el momento propicio para no morir en el intento (eso también lo fuimos aprendiendo con el tiempo, a los golpes).Contar un millón de veces hasta dos millones, seguir el póker de coté, hacer tiempo barriendo la vereda.

Después claro, aclaraba, primero más suave que fuerte, a veces entre la confusa, y siempre a contramano de la maquinaria de ventiladores marrones. Y la memoria empezó a producir esos contrastes (aún atravesando enterita la gama de los grises), el propio camino nos lo mostró en los ojitos curtidos. Qué triste había sido aquella soledad prolongada y reprogramada. Esa década en la que éramos tantos los perdidos, tantos los por ahí, los quién sabe, los chau, los no volváis por aquí.

Y estábamos alevosamente perdidos en nuestros pseudomunditos de aquel entonces, aunque a veces en pequeños cosmos genuinos también, si. Pero todos más separaditos, sin aceite en la cadena, o sin cadena, o deliberadamente encadenados, parcelados por doquier, sin voces. Rebotando de la pared al piso, o despejando y despejando hasta llegar a una u otra equis, que siempre se truncaba. Estallaba. Estalló.

Intenté (intento), con mi ignorancia de hoy, articular sucesos que modifiquen los caminos del sentido. Compartiendo y discutiendo. Pude encontrar en la trama que algunos deseos que anhelaba se estaban empezando a producir o ya se habían impulsado. Estaban en el aire. Los agité con la manito, como un pibe en la cancha o como un viejo burrero, revista en mano. Y me reí de la fábrica de ventiladores (y de muchos de sus vendedores). Pude hacerlo.

Pero ay!! de tus dolores también. A estas alturas es evidente que mi estúpida ceguera no me permite clarificarlos en su magnitud. Ponerlos en su total dimensión. Esto me avergüenza a veces, aunque no podría ocurrir de otra manera. Evidente es también que la intención a la que suscribimos es la de potenciar y profundizar el cambio, equilibrar las oportunidades y abrir el abanico, el material y el simbólico. Soñar.

Ay!! también de los que no quisieron enterarse de la bestialidad de aquel infierno feroz. Esos que no se conmovieron a lo largo de tres décadas y pico. Que justificaron todo o que todavía les da lo mismo lo que pasó. Digámoslo (no está mal volver a recordalo un día cualquiera): hablamos de desapariciones, torturas, violaciones, secuestros, robos de bebés, abusos de todo tipo, terrorismo de Estado, silencio e impunidad. Ay!! de ellos. Que les importó (antes) y les importa (ahora) un carajo aquel fato. Que sus prioridades actuales (algunas más genuinas que otras) les producen una ceguera infinitamente más avergonzante que nuestra estupidez. Lo demás, lo bueno (“la buena”) vendrá. O está viniendo. O quizás no tanto. O quizás no. A algunos siempre todo les parecerá poco. Otros siempre valorarán lo poco que tengan.

Mis disculpas si en el fragor del camino comencé a hablarte en primera persona del plural. Ocurre que este cambio de época tiene nombres y, a la vez los trasciende, porque lo estamos intentando entre muchos, desde distintos ámbitos. Intentando reivindicar valores sociales y culturales acallados y ocultados. Sectores oprimidos y avasallados. Discriminados. O a lo mejor (mucho peor) pretendas que todo siga como iba. Que todo dé lo mismo. Que es preferible seguir la corriente y mirar para otro lado.

4 comentarios:

  1. A veces es mejor navegar contra la corriente, no
    siempre es seguir al rebaño que en realidad son
    lobos con piel de oveja, hay que mirar bien a
    los costados y estar atentos no sea el caso de
    que por ir a favor de la corriente no veamos al
    verdadero enemigo.

    Un abrazo.

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  2. No hay tiempo y además acabamos de empezar a correr.
    Que linda canción, besos muchacho.

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  3. Hay que empezar todos los días y desde todos los espacios. Muchas veces, el sentido "convencional" de la corriente trae consigo la más absoluta falta de valores, de reflexión y de capacidad para pensar que es posible vivir en una sociedad más equitativa. El cambio de época que se está dando en el continente nos estimula en la idea de profundizar una transformación cultural, que tiene que ver con políticas públicas, pero mucho también con la forma en que nos movemos y relacionamos como con los demás.
    Roberto, Mer, les agradezco sus valiosos aportes, seguimos en contacto.

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  4. Cuando empecé a leer y me topé con ese fragmento del tango, algo en mí se acongojó. Después fui entendiendo, claro. Y quizá me acongojé aún más.
    Muy bueno, Tango.
    Cariños!

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Hicieron camino al andar