lunes, 6 de diciembre de 2010

SEXO, POLITICA Y RELOJ

"Nadie quiere ser parte de una ficción, y menos aún si esa ficción es real"
Paul Auster

Nunca estuve en pareja con una muñeca inflable. Pero si conozco a alguien que lo hizo, y me habló de eso hace un tiempo (tanto tiempo que cuanto más recuerdo todo, más gracia me causa). Describió así, la parodia del mundo, sin saberlo.

De esa manera, pude aprender que el núcleo de todo jueguito de pseudomundo tiene origen y base en la mirada, y en la mirada de la mirada. Él se dio cuenta, al compás del curso de la historieta, que a la mayor parte de la gente le encanta colgarse carteles y currículums, y adornarse con las balas del calibre más moderno. Lo demás casi siempre es pura coyuntura.

Ustedes no podrán creer el revuelo que se armó, y todo a causa de una bella (pongámosle) muñeca inflable: cuestiones protocolares, clasistas, científicas, ideológicas, morales, religiosas, jurídicas, chusméricas, filosóficas, ecológicas, humorísticas, intelectuales, estéticas, generacionales y económicas, entre otras yerbas, creyeron documentar los registros, las interpretaciones y las versiones de los hechos acontecidos.

Así las cosas, y ante casos como este, el mayor problema de los problemas (y seguramente alguien estará recordando viejas probleminas) deviene cuando uno, no me explico yo a santo de qué, se ceba. Así es como se alborotan las peores cuevas y los castillos más aristocráticos, cuando la peste rosa miente desde arriba y desde adentro, las estampitas son encanutadas, y el diario de hoy (futuro limpiavidrios o envoltorio de huevos) genera el fanatismo más imbécil.

Un par de eslabones por debajo, aparecemos nosotros, a quienes las muñecas inflables nos dan poca bola (sobre todo cuando les falta el aire) y que, vamos a decirlo, nos enamoramos difícil. Hemos dedicado mucho tiempo a tratar de ser reales y nos ejercitaron (no me acuerdo bien en qué facultad) más para devolver palabritas de revés que para fanfarronear con falsas hazañas de ghetos niuyorkinos, safaris africanos o lágrimas de porcelana fina.

Generalmente en esos casos, a uno le pican todo el cuerpo las insoportables hormigas, le da por vomitar todo el puto ruido del futuro, por surtirse desde un noveno piso prestado, por apuntar los tiros, etcétera. Y termina bastante quemado, tonteando por las escaleras de bajar, discutiendo sobre gustos e ideas polenta, entre la carcajada y el desencanto. Pega un portazo amable y, reocogiendo el viejo sombrero, se retira uno. Agradeciendo (ridículamente) encontrar la chance de transformar en tierno encanto la justeza de la ridiculez, ante una situación tan imposible como absurda.

Están también quienes buscan que algunas condecoraciones lleguen a la hora de garpar la cuenta. Espiones y espionas que aspiran a, por lo menos, salir hechos. A después poder decir que. A que después nadie pueda decir que no lo. A que durante no sería tanto como si. Le ponen un buen precio justo a todo, incorporando una base de mentiras automáticas. Y cada sensación se va traduciendo paulatina o bruscamente en valores numéricos. Y así funciona.

Lo inevitable, más allá de la poca razón que pueda yo tener, es que el tiempo siempre es un sistema imperfecto. Aquella bonita muñeca inflable, pareja altamente estable de aquel buen tipo, se rajó, tras catorce meses de amor agotador intenso. No olvidó llevarse la poca guita que quedaba en la casa. El tipo lloró poco y le fue restando importancia al asunto. Más tarde, relató la verdadera historia a su entorno de confianza. Ya sabía que lo que dirían la tele, los diarios y los demás (el chusmerío) era inevitable. Pero creyó (o eso fue lo que dijo) que algunas conjeturas que se hicieron sobre el funcionamiento del universo, en relación a aquel romance, eran demasiado, o eran muy poca cosa.

4 comentarios:

  1. La pucha!... creia que las muñecas no traian
    problemas. Muy buén relato cumpa lo felicito.

    Un abrazo Tango.

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  2. Me gustó la historia.
    Quien no ha soñado o, hasta algún suertudo, salido con una muñeca inflable. Los que tuvieron la suerte a veces cuentan que no es tanta y envidian la suerte de uno, que tiene una muñeca de a de veras.

    Saludos.

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  3. Moraleja: nunca subestimes al género femenino, ni siquiera tratándose del rubro inflable, jaja.
    Claro, el tipo debe haber caído en el programa de la rubia de crónica.

    Muy bueno Tango!

    Cariños!

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  4. Muy buena tu historia.
    Te invito a conocer un blog de humor K
    Lo que nadie sabe de WIKILEAKS - WICKIMACRI Y WICKIJAIME, Kikito te lo revela en su última nota porque tuvo acceso a los mails ultrasecretos. AQUI UN ADELANTO: Reunidas 100 fojas en la causa, estos son los primeros elementos descartados por ... el juez Oyarbide:
    1.- Si mientras dialogaban los imputados para llegar a un acuerdo se oía de fondo la marcha peronista, no era porque estuvieran recaudando para la campaña de Cristina sino que, como la cantaba Hugo del Carril ... era sólo un homenaje a los ferrocarriles.
    2.- Si en alguna conversación telefónica hablaban en voz baja era porque los gallegos no querían que se despierten "los durmientes" del ferrocarril.
    3.- Si más de un texto parecía indescifrable y escrito en clave era porque los ferroviarios españoles estaban tan acostumbrados al traqueteo del tren, que para redactar le pedían a sus esposas que les muevan la mesa.
    4.- Si era demasiada la gente, contaron como una docena, la que llegaba de "la madre patria" a realizar las tratativas era porque les habían dicho que los vagones los iban a emplear en el ANDEN 12.
    LEER más en el blog
    www.kikitodulce.blogspot.com

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Hicieron camino al andar