Finalmente ese
era su estilo. Argelia era capaz de detonar algunas de sus propias sutilezas,
con la intención de dar un mensaje claro. Un mensaje claro en la confusión,
brillando sobre la nada confusa. Así era capaz de transcurrir una buena
cantidad de días consecutivos, sin ofrecer el más mínimo signo de acercamiento.
O podía tener rachas de constancia y aproximaciones excesivas, muchas veces
desmedidas, y tan irregulares como inevitables. Cuando se empecinaba en
demostrar que estaba cerca, podía notarse a simple vista. Cuando se alejaba
impiadosamente, hacía tambalear todo el cosmos.
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Hicieron camino al andar