martes, 19 de octubre de 2010

EL SOTA DESCAFEINADO


Por Javier Hack

Un paso hacia acá, un paso hacia allá, las brisas que envuelven y explotan tu look de peinador como efectivos tsunamis tropicales. Y vos ahí patinando el burro, amagandole a la inercia, resistiéndote al cambio seguís sin caminar.
Caen soles y lunas de manera frenética desenfocando tu transcurso del tiempo, logrando fragmentar tu malogrado paso, coagulando la distancia que tan bien te sienta. Cada segundo te quita aun más la noción del oxígeno, fabricando embolias en tus miserias regenerativas.
No vas y ves, ves y no vas. El toc no hace eco en ninguna de las puertas que tu línea divisoria atribuyó como ley y promulgó. Nadie te oye, no intentes gritar escupiendo semillas secas que ya nadie siembra.
De tanto creer ser un naipe, clonaste en el espejo una sota y actuaste como tal, mezclándote entre los reyes y cabalgando hacia ningún lugar. Ya ni con señas te puedes comunicar, lo más heroico que lograrás será dirigirte al mazo y caer. Es en vano que luches, recuerda que a tus manos se les ha esfumado la voz intentando derribar puertas inútiles, han quedado mudas.
De aquí te observamos, el rock de éste lado del vidrio es más intenso, puro y adictivo. Aquí todos tenemos los mismos sacrificios, problemas y necesidades. El mismo círculo que una vez te supo contener hoy sigue girando, está renovado, está cambiado, pero se ha encaminado a control remoto automáticamente hacia una órbita difícil pero símil.
Aquí vamos y vemos, vemos y vamos. Tu figura hoy alimenta nuestros ideales, la procesión por dentro que no debemos seguir. Lo tuyo ya lo sabemos, lo nuestro consiste en comparar expresamente una cosa con otra, para dar idea viva y eficaz de una de ellas. El mundo de cristal que has creado se puede quebrar, allí los lazos no existen, allí la magia no evoluciona, sólo te hace flotar. Si te quedas sin direcciones de agenda y sacas boleto a nuestro destino, ¡cuidado! En ésta galaxia de panes rayados la gravedad es relativa, te puede destrozar en el intento mientras observas la caída y esperas el impacto. Aquí aprendimos muy bien el juego, las cartas ya están marcadas y en su lugar, acércate con precaución. Quizás ganes, o quizás te cortamos con menos diez..

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